Plaza de don Gome, 2

14001 Córdoba ESPAÑA

Patio de la Madama

El Patio de la Madama se construyó en el siglo XVIII, durante las reformas que realizaron en el palacio sus undécimos propietarios: Ana Rafaela Fernández de Mesa y su marido, Fernando Cabrera Gómez de Cárdenas.

Su nombre hace referencia a la náyade de la fuente central, que en la mitología griega era una ninfa de agua dulce. Las estatuas de divinidades en jardinería fueron muy utilizadas por los romanos: una tradición que retomó el Renacimiento y que volvió a ponerse de moda en el siglo XVIII.

La fuente de la Madama está enmarcada por un círculo de cipreses recortados en forma de corona real, que crea un rincón íntimo y recogido. Esta muestra de arquitectura vegetal, también de origen romano y principal seña de este patio, se incorporó a principios del siglo XX. El toque de color lo aportan los muros ajardinados con plantas trepadoras, como la buganvilla y el jazmín, que contrastan con el verdor perenne del anillo central.

La función del Patio de la Madama era recreativa y estética. Se trataba de un espacio privado diseñado para ser visto desde la casa. Es curioso comprobar cómo se alternan las funciones de los patios del palacio: el de Recibo, creado para impresionar y ser contemplado desde el exterior; el Patio de los Naranjos, interior y cerrado; el Patio de las Rejas, concebido para exteriorizar el poder; y el de la Madama, para disfrutar desde el interior.

¿Sabías qué...?

La estancia del palacio que se asoma a este patio es el Dormitorio del Almirante, que recibió este nombre por el último marqués de Viana. Era almirante de la Armada y solía alojar en esta estancia a sus compañeros de este cuerpo del ejército.